¿Por qué hablamos de acompañamiento respetuoso?

El respeto de los ritmos de cada niño es fundamental para definir el acompañamiento, ya que viene marcado por el vínculo afectivo que generan con el acompañante.

Detrás de la puerta azul las personas adultas son acompañantes respetuosos, que miran más que intervienen, que dan muchos más abrazos de los que serían suficientes.

La persona acompañante contratada siempre ha acompañado estos procesos, pero la fortaleza de sentirse acompañada desde lo vivencial por quienes son compañeras y compañeros de viaje y han pasado por tu misma experiencia es uno de los pilares de esa construcción colectiva. Cuidar los procesos es cuidar a las niñas y niños que habitan el espacio.

¿Quiénes acompañan a nuestras peques?

El Arenero cuenta con dos acompañantes pedagogos, además de las propias madres y padres que también están presentes en el día a día en el espacio con las peques. Son profesionales formados en pedagogías alternativas y en la crianza respetuosa.

María Ortega Barranco

Soy Técnica Superior en Educación Infantil y periodista. Llevo dedicándome a la infancia desde hace aproximadamente 20 años trabajando en escuela pública, privada, en educación no formal y en proyectos sociales y pedagógicos alternativos. En el 2016 realicé el Curso Superior Universitario de Metodologías Activas y Acompañamiento Respetuoso a la infancia lo cual contribuyó a un cambio de mirada profundo a la educación y a las criaturas, dando sentido a un sentimiento e intuición que llevaba albergando desde hacía tiempo: la necesidad de dar la oportunidad a las niñas y niños de ser las protagonistas de sus propios aprendizajes, confiando en sus capacidades y atendiendo en todo momento a sus necesidades individuales. Este trabajo lo siento muy unido a una fuerte vocación de lo social por lo que concibo la escuela y los espacios de crianza como lugares basados en el buen trato, el respeto y el apoyo mutuo donde tejer redes y donde profesionales y familias caminen de la mano. La maternidad supuso un fuerte impulso en esta ilusión de transformar tanto la mirada a la infancia y las familias como al lugar que éstas ocupan en la sociedad.

Blanca Minaya Márquez

Educadora infantil, estudiante de psicología, formada en escucha activa y acompañamiento respetuoso.
Buscando vaciar la mirada a la infancia de juicios adultos, me encontré con la escucha y con la posibilidad de entender a las peques como personas que ya están siendo, no como proyectos futuros de lo que un día llegarán a ser. Entiendo que esta mirada facilita a las peques explorar sus propios caminos, pasando la adulta a acompañarlos desde la observación y el apoyo.
La implicación y participación de las familias en el proyecto pedagógico facilita conocer y comprender la evolución tanto individual de cada peque como la del propio grupo, que pasa a ser una familia extendida en la que se entrelazan los crecimientos individuales con el propio crecimiento del grupo.
Más allá de formalidades teóricas, se hace evidente que nos afectamos y necesitamos, y esta implicación también es parte del aprendizaje del proyecto.

 

Observación

Dejarles jugar sin intervenir. Reforzando su autonomía y favoreciendo relaciones sanas. Algo mágico, poder ver cómo se desarrollan las relaciones de las que surgen equilibrios.

Rutinas

Para ubicarse en el tiempo y en el espacio, dando seguridad, ayudando a prever y a tener autonomía, así como a funcionar de forma colectiva

Límites

Ayudan a relacionarse con el entorno, entre las personas y con los materiales

Y las madres y padres



Además de los dos profesionales, las madres y padres que forman parte de El Arenero se organizan para hacer turnos de acompañamiento. Las familias pueden disfrutar de algo tan especial, en un momento que generalmente no se participa. Aportan mucho al día a día, pero reciben mucho más. Es una experiencia enriquecedora.

Pensamos que los cuidados son esenciales en el proyecto, y también transversales. Cuidamos a los que cuidan.

Antiguos acompañantes de El Arenero

Isabel Báscon Gómez

Pablo Fonte Loureiro